Renacer

Esta obra está inspirada en el poder de comenzar de nuevo, utilizó el simbolismo de orilla de mar como representación de la dualidad del comienzo y fin de los ciclos, de sus manos cae la arena, tan efímera y frágil como el tiempo mismo. Cada grano que se escapa entre sus dedos es un recordatorio de lo que se va, de lo que se pierde sin poder retener, pero al mismo tiempo, cada grano cae con la promesa de que todo es renovable. La orilla del mar, en su constante ir y venir, se convierte en el espacio perfecto para simbolizar esa dualidad: allí, donde el agua besa la arena, comienza y termina todo, se construye y se destruye, se sana y se transforma.